Un huerto
urbano mini puede ser muy gratificante y dar buenas cosechas si se siguen
varias recomendaciones prácticas.
1. Elegir
bien el cultivo: las posibilidades de un huerto urbano mini son muy variadas,
ya que se puede optar por plantas aromáticas y especies, verduras, hortalizas,
etc. Para ello, hay que saber cuánto espacio útil se tiene, las horas de sol
que se reciben o la fecha de siembra y recolección. Algunos cultivos son de
primavera, otros de verano, otros tienen unas fechas más amplias, aunque
siempre hay que evitar el invierno.
Las especies
que mejor se adaptan a un huerto urbano mini son salvia, romero, albahaca,
tomillo, cebollino, lechugas, tomates, pepinos, pimientos o berenjenas. Pero la
lista no acaba ahí. Si se plantarán especies diferentes, es conveniente tener
en cuenta si son compatibles entre ellas y hacer asociaciones de cultivos para
mejorar su desarrollo y su defensa ante las plagas. Por ejemplo, el tomate casa
bien con la lechuga, el perejil o el apio, pero hay más posibles combinaciones.
2. Conseguir
el material necesario: un huerto urbano mini no es caro, pero requiere de
ciertos elementos que pueden suponer una pequeña inversión. Las semillas son
muy baratas y se pueden comprar en sobres que duran para varias cosechas. Si
queremos acelerar el cultivo y aumentar las posibilidades de éxito, hay que
conseguir la planta ya germinada y con el tamaño idóneo para replantarla.
3. Preparar y
cuidar bien la cosecha: los
recipientes tienen que ubicarse en el mejor lugar posible, con espacio
suficiente y las mejores horas de luz y orientación disponibles. La tierra es
conveniente que tenga sustratos ricos en materia orgánica y minerales que le
ayuden a crecer. El recipiente se rellena con el sustrato y se entierran las
semillas con unos centímetros de distancia para desarrollarse y, a
continuación, se las riega de forma moderada.
4. Regar de
forma adecuada: El agua es una de las claves para que un mini huerto urbano
prospere. Al tratarse de pequeños recipientes, el riego tiene que dosificarse
de manera correcta. La falta de agua puede secar la planta, pero el exceso
puede ahogarla. El tiesto debe tener agujeros para facilitar el drenaje y que
las raíces no se pudran. Se le puede poner un plato u otro macetero mayor para
contener el exceso de agua y aprovechar el resto para más tarde. También es
preferible regar a primera hora de la mañana o por la noche.
Cada planta
tiene unas necesidades concretas. En caso de duda, es preferible quedarse algo
corto que pasarse. La observación de las plantas nos dirá si precisan o no más
agua. La lluvia es la fuente idónea, pero si no es posible, se pueden utilizar
regaderas o cualquier recipiente, a poder ser con el agua reposada, y tener
cerca un grifo. Lo apropiado sería instalar un sistema automático de riego por
goteo.
5. Aprovechar
el compostaje: Para un mejor crecimiento y producción de los cultivos es
conveniente abonarlos dos o tres veces al año. Una forma ecológica y casera es
aprovechar el compostaje, un sistema de reciclaje que transforma restos
orgánicos en abono. Se pueden usar compostadoras domésticas como NatureMill o
GG02.
6. Conocer
otras iniciativas de huertos urbanos mini: La experiencia de otras personas que
ya cultivan en su casa, el intercambio de ideas y trucos, nos puede ayudar a
poner en marcha nuestro propio huerto urbano. Internet ofrece mucha
información, y las redes sociales son una forma de contactar con gente de otros
lugares con intereses comunes. En este sentido, se pueden encontrar páginas web
interesantes que explican "cómo hacer un huerto urbano económico, casi
gratis"; una guía paso a paso para conseguir un huerto urbano en el
balcón; un blog donde su autor ofrece detalles sobre su mini huerto urbano; o
un "mini labriego", como se autodenomina, que utiliza redes sociales
como Facebook, YouTube o Flickr para contar sus experiencias.
Fuentes: http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/urbano/2014/06/12/220039.php
Marcos Gomez
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